viernes, 11 de diciembre de 2009

Todos los antiguos villanos han muerto

Es un mes en un dado año (alguien entenderá esta referencia nada sutil) de principios de los 90's y el pequeño Eduardo está empezando a desarrollar memoria. Sus manos esconden la obsesión de su infancia: Mercadotecnia de un popular ícono llevado a la pantalla grande. Un paquete bizarro. Alguien, en algun momento, dijo unas palabras que puedo identificar de inmediato. Siento como si siempre hubieran estado en mi mente. El meme original. Lo primero que supe como individuo. Es como el origen del conocimiento, de la existencia.

Y el nombre. Como olvidar el nombre, de la cosa. La cosa en mi mano, abstracta y llana, ahora tenia nombre. Significante y significado. Y yo quería ser ambos.

El alambre de puas poco hizo mas que asustarme y desgarrar mi traje de cuero negro, pues nada podia determe de volar por el jardin naranja y vislumbrar la calle de la colonia. A la gravedad no parecia importarle que violara todas sus reglas en mi afán de convertirme en mi héroe. Pero espera un segundo, Eduardo...¿Estas soñando? Si, efectivamente, estaba soñando, y algo (no se qué) me dice que cuando uno está soñando, y se percata de ello, hay que despertarse.

Ahora, 20 años después, veo que mi amor por los comics está incrustrado en la fabrica de mi existencia. Esta pequeña introducción realmente parecería no tener mucho que ver con el tema que voy a discutir esta vez, sintiéndose derivativa, casi inexcusable, pero me pareció una buena forma de hacer remembranza de lo que me ha llevado, lentamente, a mi adoración de los llamados "superhéroes" y su mitologia moderna. Amo los cómics. Eso no es un secreto. Esos....Paquetes de juguetes y libros me han traído hasta aca. Puedo admitir que he fantaseado con la idea de exactar justicia bajo mis propios métodos. He imaginado que tipo de traje usaría, e inclusive que clase de "poderes" tendría para desalojar mi supuesto altruismo hacia la sociedad. Teniendo 4 años, experimenté sueños "humedos", si tal cosa es posible, con "ser Batman". A los 13 años, quería ser un espectro. Implacable. A los 20 años, mis tendencias regresaron a sus raíces clasicas y queria vestir un traje de nuevo. Una mezcla entre Green Lantern y el mencionado espectro del prepubescente.

Bueno, considerando que no tengo mayor presupuesto, ni habilidades especiales, probablemente me vería algo asi:



Pero mis fantasias tenían un cierto nivel de irregularidad. Quería ayudar a la gente...Pero tambien, me veía exactando castigo a gente que odiaba (Y uso el término "odio" en su mas ligera expresión.) En otras palabras, estaba completamente listo tanto para causar dolor como para ser la mano de hierro de una sociedad invalida, subyugada ante la tuberculosis que la carcome por dentro. Entonces, el justiciero no solo buscaría justicia social (valga la redundancia, como dicen) y en masa, sino además justicia para sí mismo. Criminales. Gente que haya osado cruzar a Eduardo Quijano. Insultado. Los buscaría y los cruzaría en retorno. Y la sangre correría por las calles de San Salvador, llenando el contento de mi corazón, aquel agujero negro.

De repente, y sin aviso, las fantasías de auto importancia desparecieron. Y la creación de un sociópata fué el aborto del hijo que nunca puedo concebir.

Uno imaginaría que Apollo habría tenido una imaginación tan vivaz como la mía. Erase una vez un fiscal de distrito que saltó de las páginas de los comics a los 35mm de Chris Nolan. Lucha por la justicia, defiende al inocente. Apollo es un idealista, con una fijación por hacer justicia en la ciudad. No cree en dejarle todo el trabajo de limpiar la sociedad a las autoridades. Trabaja en conjunto con un Vigilante, qiuen está fuera del sistema judicial, pero está consciente que, al final, es lo mejor. Está en la plenitud de su hombría. En espera de casarse con la mujer que ama. Es admirado por el público, con una reputación intachable. Es un faro de luz, la esperanza del mañana en que la justicia prevalecerá. Alguien en quien podemos confiar. Sólo hay un problema: Apollo es mentalmente inestable.

La imagen del salvador es distorsionada rapidamente al ser puesto bajo un gran nivel de presión emocional. Hay un "super sano" criminal esparciendo un mensaje de verdadera liberación que amenaza con derrumbar los mismos pilares de la sociedad. A la cabeza del caso se encuentran Apollo, el Vigilante y el Comisionado de policiía. El intachable fiscal de distrito es ahora una bomba a punto de estallar, convertido en un secuestrador, y a pocos pasos de jalar el gatillo.

Apollo y su novia son secuestrados y atados a, ironicamente, bombas a punto de estallar. Ambos tienen 4 minutos para morir o ser rescatados. Victimas del experimento puntuario de un nihilista, son puestos en una situación en que ambos tienen cierta probabilidad de morir, pero ninguno de ellos es capaz de inadvertir el resultado. Las variables son externas, y, naturalmente, arraigadas en procesos sociales, mecánicos, genéticos, emocionales, matemáticos, etc. Intereses personales; fiabilidad en automotrices; la febril sociedad como un animal abstracto e imperante; neurosis colectiva. Es jugarse la suerte con el orden del universo. Uno de los dos va a morir. Apollo sobrevive.

Claramente, el resultado del experimento podría haberse decidido tanto con una moneda como con la participación de las variables externas. Percatándose de la terrible injusticia del altercado, Apollo se ve transformado en un sociópata obsesionado con la "justicia". El sistema judicial voló en millares de pedazos junto al resto de su vida. Su nueva retribución deberá ser más pura. Aparte del evidente impacto psicológico, su rostro ha sufrido graves quemaduras, fraccionandolo en dos, un símbolo que funciona como el cruel recordatorio de los caprichos del universo. Uno podria estimar, sin temor a equivocarse, que Apollo sufre de un ligero nivel de estress post-traumático, continuamente reviviendo el incidente. Y es en ese estado en el que tendrá un momento de inspiración sobre lo que debe hacer. Entonces, Apollo está ahora trastornado en su incansable búsqueda de la justicia. Pero no estamos hablando de la regularidad de la justicia legislativa...Lo que realmente se está buscando es lo que se conoce como "justicia cósmica". Apollo se siente traicionado por el universo; Por las autoridades que fallaron en rescatar a su prometida, únicamente teniendo el tiempo para salvarlo a él, dejándolo, por asociacion propia, el natural perdedor de un juego cósmico imposible de ganar. ¿Como pudo haber sido el (El, una persona moral, de estándares justo para la sociedad, o así lo piensa) ser escogido para ser la victima de un lanzamiento de moneda cósmico?



Pero, claro, no existe tal cosa como la justicia cósmica. No hay a quién pedírsela, ni forma de crearla. El universo no tiene un mecanismo, un "diseñador inteligente" que haya escogido a Apollo específicamente para ser castigado. No hay culpables universales. No hay suerte. Ni titiriteros jalando las cuerdas desde el cielo, moviendo sus marionetas con fascinación infantil, mientras las maltratan en el proceso. Solo estamos nosotros, y la demás gente, y sus acciones y repercusiones. Pero Apollo no sabe esto. El concepto básico de justicia está intrínsicamente ligado al concepto de moralidad, y, asimísmo, este último al concepto de racionalidad, lógica" y "salud mental". O falta de, en el caso de Apollo. No importa si lo que está a punto de hacer es correcto, lo que importa, en su mente, es que es lo "justo". Todos alaben a Apollo, el dios de todo lo que es justo y correcto en el universo. Es un caso de tratar de recrear al universo en su imagen y semejanza, someterlo a sus propias reglas. Si el Gran Opresor de la Causalidad Infinita es un ente corrupto sin cara (metafórica o como ud. quiera) entonces Apollo se sentirá en la obligación de reemplazarlo, dándole un verdadero orden al universo que tenga sentido para el, y talvez para nadie más.

Habíendo búscado y ajusticiado a todos los responsables del incidente que mató a su prometida - decidiendo el destino de sus victimas con el lanzamiento de una moneda, claro - llega al final de su estampida, donde lo vemos secuestrando a la familia del comisionado del policía, quien naturalmente estaba encargado de la captura del nihilista que comenzó todo esto.

El nihilista quería probar un punto, sobre la naturaleza de la gente y la sociedad. Pero quizás nunca imaginó que las ramificaciones de su experimento con Apollo serían de un carácter más metafísico que social. En su desilusión, Apollo está tratando de "arreglar" el paradigma de la existencia. Apollo realmente no puede cambiar el universo, pero, talvez, pueda ajustarlo a gusto, sólo por un momento. Continuando con su plan, tiene a sus victimas captivos en el lugar del accidente y demandando que el comisionado se haga presente a la escena del crimen. En poco tiempo el comisionado se encuentra en presencia de un Apollo completamente distinto del que alguna vez conoció. El Vigilante, quien de hecho fue el que personalmente rescató a Apollo, también se hará presente. Así, los principales implicados en el accidente (Menos el Nihilista, el verdadero objeto causal del mismo) se encuentran reunidos para ser sometidos a juicio. Una vez mas lanzando una moneda para decidir el destino de los involucrados ("las mismas probabilidades que ella tenía. 50/50") Apollo metódicamente juzga al vigilante, el comisionado y a si mísmo. Y, aunque su justicia no resulta letal (falla en ajusticiar al vigilanet mortalmente, y es detenido de castigar al comisionado por el mismo vigilante) habrá una víctima de homicidio. Apollo, talvez consiguiendo lo que realmente quería, yace en el suelo con el cuello torcido, muerto. El vigilante, actuando casi sobrenaturalmente, lo ha sacado de su miseria.

Y así, abruptamente, termina la historia de Apollo. No pudo restaurar orden en el universo, si es que alguna vez lo hubo. No le dió sentido, ni vengó a su prometida. No pudo cambiar los hilos en la tela, Se subscribió a su propia moral, buscando cambiar el concepto a su medida. Intentó, claro, atribuirle su propia justicia cósmica a un universo cuya regla es volverse supernova bajo su propio peso. ¿Cómo podria? Apollo, a final de cuentas, inspiración divina o demencia clínica, es sólo un hombre. Murió como uno, por las manos de otro. La llamada búsqueda de la justicia cósmica es un ejercicio futil. Es la búsqueda de algo de lo que no podemos comprender, pues solo vemos sus ráices más primitivas. Sus verdaderas consecuencias (No recompensas) generalmente conducen a la humanidad a caminos oscuros en los cuales solo tenemos una pequeña linterna defectuosa como guía. El compás moral de la autoarquía sobre la sociedad es, lamentablemente, también la privatización de su sentido de vida. Con una ideología falaz, a manos de un vigilante, muere Apollo, dios de la Justicia Cósmica, víctima de los caprichos del universo.

Ahora veamos que pasaría si Apollo realmente pudiera lograr un cambio.

Uno tiene que prestarle especial atención a un hombre que lo deja todo para reconstruirse a sí mismo de la nada. A la minória de edad que aún representan los 17 años, Adrian Veidt era un brillante e impredecible joven, hijo de afluentes padres que lo dejarían antes de convertirse en un adulto. Queriendo hacerlo "todo", el joven Veidt se deshizo de su herencia y se embarcó en un viaje que lo vería reviviendo la vida de su ídolo, Alejandro de Macedonia. En el camino, Veidt recolectaría riqueza espiritual e intelectual, además de un ancho de fisicalidad para mantener a su cuerpo al tope de la calidad humana. Viendo Babilonia, la India histórica, el Tibet y Egipto, Veidt aprende de su ídolo así como empieza a cuestionarlo, admirando como dominó al mundo conocido hasta su temprana muerte, pero observando cuidadosamente, además, el cómo Alejandro falló en instituir una inmortalidad a su imperio que lo sobreviviera, completamente unificando al mundo bajo una ideología.



Paralela a la historia de Veidt, me gustaría hablar de Harry, un joven común y corriente que sería una figura clave en algunos de los eventos mas relevantes del siglo XX. Harry, al igual que Veidt, pasaría de tener nada a poseer increíble poder y control sobre el mundo. Su juventud, sin embargo, fué muy carente historicamente hablando. Pasó una decada trabajando como un granjero. Tambien le gustaba tocar el piano. Pero como si estas actividades no fueran lo suficientemente estimulantes para Harry, decidió que debía enlistarse en la Guardia Nacional para luchar en la Guerra, logrando el cargo de teniente. Terminado su servicio, Harry pone sus atenciones en la política.

Estableciéndose en Estados Unidos, el adulto Veidt decidió aplicar su proeza física y su superior intelecto contra el crimen organizado, volviéndose algo como un superhéroe, así como Eduardo había planeado alguna vez. Vistiéndose en la tradición de Alejandro de Macedonia y de Ramsés II (Veidt también veneraba a los faraones egipcios y su inmortal cultura) Veidt salió a las calles y luchó contra el crimen. Inmediatamente encontrando sus limitaciones en el hecho de que realmente, como un aventurero encapuchado, no estaba logrando una diferencia, Veidt recordó las propias limitaciones de Alejandro de Macedonia y el punto en el cual sobrepasaría a su maestro. Veidt podía ayudar a controlar el crimen, pero no podia erradicarlo propiamente. El problema no eran los archi-villanos, ni las pandillas, ni los roba-bolsos. La raíz del problema era su contínua existencia perpetrada en el subconsciente de la naturaleza humana. Veidt quería cambiar el pensamiento, la actitud retrógrada que lleva al hombre a consumirse a sí mismo. Pero no era tan simple. Un cambio de pensamiento humano no podia atribuírsele únicamente al sector criminal y esperar que el mundo experimentará variantes ad hoc. Viviendo en la sombra de la Guerra Fría, en la que Estados Unidos se encuentra en una carrera armamentista de corte nuclear con la Unión Soviética, Veidt empieza a reconocer la alarmante posibilidad de que el mundo podría llegar a su fin. Temiendo que los Estados Unidos y la Unión Soviética agotaran recursos diplomáticos y se embotellaran en la noción de Destrucción Mutua Asegurada (En la cual las dos super potencias estarían en la "obligación" de abrir fuego nuclear contra el oponente, destruyéndolo a éste y a sí mismo, junto al mundo entero) Veidt comenzó a trabajar en un plan de contención, en secreto...Siguiendo el molde de Alejandro de Macedonia y sus propios ideales de un mundo absolutamente unificado.

Cabe mencionar, además, el contexto cultural que le permitiría a Veidt siquiera considerar que había una minúscula de posibilidad de influenciar el zeitgeist mundial. Desde 1938, pequeñas publicaciones conocidas como comics empezaron a imprimir superhéroes en sus páginas. El impacto del nuevo género fué tan grande que llegó a crear todo un movimiento que pasó de las impresionables mentes de los niños y adolescentes, hasta las quizas perturbadas pero bien intencionadas (en cierta manera) cabezas de adultos con necesidades especiales. En esencia, una subcultura donde gente empezó a vestirse como superhéroes y a detener crímenes comunes. Los motivos por los cuales esta gente haría tal cosa son un poco perversos en la mayoría de los casos, y no me detendré a hablar de ellos aquí. Esta primera generación de justicieros llegó a su fin, dándole paso a una segunda, de la cual Veidt tomaría parte. Sintiéndose insatisfecho con las consecuencias de sus acciones, Veidt continúo su observación del mundo, fijando su mirada en las repercusiones que las guerras políticas tienen por el simple hecho de existir.

La guerra, como la quintaesencia de la división intolerante de ideologías, se convirtió en el desembocante de todos los miedos que una paranoica especie podría construir contra sí misma. El hombre, en su infinita sabiduría, descubrió La Herramienta como medio de avance tecnológico, y la utilizó en todas sus facetas para mejorar su vida. Pero tambien descubrió que podia defenderse con ella, e incluso matar. Un pequeño pedazo de madera no era solo una palanca de arranque, ahora tambien tenia el potencial de convertirse en una peligrosa arma que causara miedo o muerte, segun fuera la necesidad del portador. En ese instante de descubrimiento, un pequeño fuego se encendio en el alma del hombre. Se alimentó del fervor de la violencia, y sus formas arcaicas. Ahora lo consume. Se odia a sí mismo. En su psicosis, el hombre está constantemente mostrándose como conservador de doble moral, marcando la linea en la tierra y apilando sus armas. Pero, al mismo tiempo, necesita ser el conquistardor de su propio ser, probar un punto, imponer su diatriba. Entonces vemos que el hombre es extremadamente auto-didacta, invectivamente hablando. Pero tambien es un ser fragmentado, que no puede reconciliar las diferencias con sí mismo, por lo cual debe tratar de destruir las partes que no computan, y sintetizarse nuevamente. A lo largo de la historia, el hombre ha encontrado una cierta variedad de excusas para lograr este cometido, y ha invertido el ingreso de pequeños países en el proceso. No encontrando una herramienta de destrucción controlable suficientemente devastadora, el hombre se topó con la energía nuclear. La potencia nuclar prueba ser un éxito, y, con mucho brouhaha, es ahora la principal tensión militar entre dos superpotencias. Bienvenidos a la Guerra Fría. Es 1985, y el mundo está aterrorizado.

Una chica llamada Bess se ha robado el corazón del ingenuo Harry. Aún siendo granjero, le propuso matrimonio. Ella no aceptó. Una vez Harry regresó de la guerra, con experiencia militar y un cargo, Bess lo aceptó como esposo, y se casó con el. Tuvieron una hija.

Harry tenía problemas de visión, lo que no le permitió graduarse de ninguna universidad, y casi le impide ingresar a la Guardia Nacional. Durante su tiempo en la guerra, Harry desarrolló cualidades de liderazgo, enfatizadas en el momento en el que reorganizó a su batallón a base de "profanidades". Harry luego se excusó mencionando sus orígenes rurales. Casado y formado en un muy particular militar, Harry se convierte en senador en 1934, apoyado en su carrera militar y sus actividades politicas. En 1940 es reelecto a senador, durante la mitad de la más reciente Guerra en curso, la segunda guerra en la que Harry estará involucrado hasta ahora. Estando en el senado, Harry fue el diriginte de su propio Comité el cual fué de mucho uso en sus practicas recobra-costos, lo que atrajo la atención del entonces presidente Franklin. Harry se convirtió en el vice presidente de un débil Franklin, quien falleció el 12 de Abril de 1945, meses antes del fin de la Guerra.

Cuando el fin del mundo esta cerca, la gente parace buscar libre escapismo. Esto probablemente ayudo mucho a Veidt, quien reveló su identidad al mundo y dejó el vigilantismo atrás. Habiendo hecho esto, estableció una empresa basada en su alter-ego, Ozymandias, y demás vigilantes de su generación, ahora retirados politicamente por presión de una sociedad que se encontraba cada vez mas incómoda con su existencia. Algunos de ellos terminaron como operativos del gobierno, tambien. (Incluídos entre estos esta el Dr. Manhattan, el único ser con “super-poderes” en la tierra, quien será importante en un momento) Explotando la imagen del superhero como celebridad y apoyado con un mito-slogan que exacerbo su popularidad (el hombre mas inteligente del planeta) la empresa fue un éxito. Veidt se establecia a sí mismo como un importante empresario y filántropo, con consciencia social e interés por los tiempos. Su nueva fortuna le serviráa para financiar sus ideas, que además de solventar la crisis de hambre en Africa, tambien incluian adiestrar al mundo a permanecer en paz. Su vision de un mundo “arreglado” poseía todo tipo de connotaciones fascistas, pero prometían no solo ser la respuesta al problema Estados Unidos – Union Soviética, sino tambien al conflicto interno del corazón humano. Y mientras este último corría a la aniquilacion de su existencia, Veidt ponia su plan en movimiento.



Hay dos versiones del plan de Veidt, una mas interesante que la anterior, por sus cualidades a posteriori. En la primera y mas literaria según sus origenes, Veidt ha secuestrado a toda una gama de escritores, artistas y científicos para desarrollar “un calamar gigante de la 5a dimensión”, la cual, al ser teletransportada a New York, tramistiría una onda psíquica de gran alcance que proyectaría todo tipo de imágenes horroríficas en un momento, matando a 3 millones de personas instantáneamente y dándole pesadillas por años a los sobrevivientes, sus mentes agravadas con el trauma de un mortal zapping a gran velocidad. Su repulsión por la violencia no sería una duda a corto plazo. La criatura habría de implotar al momento de completarse la teletransportación, muriendo. Su lugar de impacto sería el Instituto de Estudios Extra-Espaciales de New York. Hay sangre y cuerpos estáticos por toda la ciudad. El hombre ha hecho contacto con lo que parecen ser seres de otra dimension, y el resultado es violento y terrible. La paranoia encubre al mundo. Asi, Veidt ha propagado su propio tratamiento de Ludovico a gran escala, educando a una pequeña pero significativa porcion del mundo y uniendo al resto en su tragedia. Las superpotencias se ven obligadas a poner sus diferencias a un lado y unirse contra una nueva amenaza “de otro planeta”. Veidt lo caracteriza como “la más grande broma práctica en la historia de la humanidad”.

La version literaria de Watchmen es una joya que acarrea un golpe de depresión y asombro en su desempeño. De aquí se desprende la anterior forma del plan de Veidt, una inteligente obra grotesca que es casi insuperable. La versión fílmica de este mismo es distinta en su ejecución, pero merece ser celebrada al haber logrado extender considerablemente uno de los temas de la novela gráfica, removiendo el gore de la criatura interdimensional pero añadiendo todo un mundo de tintes politicos dictatoriales. En esta versión, la más interesante para mi, Veidt ha estado trabajando por quizas años con el Dr. Manhattan, un ex físico transformado por accidente en el arma imperialista de los Estados Unidos. Un ser casi omnipotente (casi considerado como un verdadero "dios"), se sugiere ha sido la única razón por la que los rusos se han mantenido a una relativa distancia de apretar el boton rojo. Manhattan, de piel azul y ojos vacios, es capaz de alterar la materia a un nivel microscópico, moldeando la realidad a su discreción. Pero las tensiones occidente-oriente se han escalado a niveles tan exasperantes que al parecer ni siquiera el mismo Dr. Manhattan podrá prevenir una total ofensiva nuclear. Enfrentado con la muy real posibilidad de que la D.M.A. Seria inevitable, Veidt, en vez de crear un mounstro de película de serie B, esta vez decide utilizar el vasto y casi inexplicable poder del Dr. Manhattan, sintetizando su energia en una especie de reactor que la transportaria en su forma mas cruda: como arma de destruccion masiva contra el mundo.

El plan funciona, por supuesto, pero esta vez es aún mas letal. 15 millones de personas alrededor del mundo son evaporadas en instantes por muerte azul. Veidt has escogido (además de New York) las ciudades mas representativas del mundo para hacer llegar su mensaje. Y el mensaje es: "Aprendan a vivir en paz o habrá mas retribución divina contra ustedes. Han sido advertidos." No hay un comunicado especial, las palabras mencionadas jamás son dichas. Pero el mensaje es claro. Dios ha actuado, castigando a la humanidad por considerar la destrucción de sí misma. Así, el plan de Veidt, como el Hombre, es didáctico en su naturaleza. La energia utilizada en el ataque es inmediatamente reconocida por el gobierno de los Estados Unidos, declarando al Dr. Manhattan como el perpetrador del siniestro. Cabe mencionar que Manhattan habia aparentemente "partido relaciones" con el gobierno de los Estados Unidos y con el mundo, tras haber sido puesto en una situación de grave estrés emocional. El mundo entra en frenesí. El solo imaginarse esta situación en el mundo real causa verdadero pavor. Veidt sabía que el plan funcionaría. La gente...Y los gobiernos principalmente, tendrían que bajar la guardia y prestarle atención a nuevo problema, quizás el más grande que un mundo pueda concebir: El de su Dios tornandóse contra el mundo, y la terribles implicaciones que esto sugiere.



El mundo tendria que aceptar un nuevo orden mundial, ya fuera por temor religioso, existencial, polítco, o simple supervivencia primitiva, llámesele como quiera. La Guerra Fría, sin duda, habría llegado a su fin. El mundo se encontraba ahora en la obligación de unirse contra Manhattan, o por el. Mientras el mundo creyera que Manhattan se encontraba observando, listo para azotar a la humanidad con su rayo de Zeus si esta se sale de sus cabales de nuevo, la supervivencia del mundo parecería asegurada. Pero El Hombre tambien es un Niño, el Niño del Universo. Y todos sabemos la reputación de los niños. Veidt jugó a separarse del Hombre y transformarse en un Padre que debe educar a un Niño salvaje y destructivo, pero no anticipó el simple e irrefutable hecho de que jamás podrá cambiar su naturaleza. Veidt, despues de todo, es sólo un hombre. Logró manipular a la humanidad a cooperar con su visión utópica del mundo, pero ¿Cuanto puede durar tal cosa? Eventualmente, dentro de años, la gente encontrará nuevas razones idióticas para pelear de nuevo. El corazón humano es un lugar oscuro lleno de intereses personales y miedos. Y el Hombre sabe muy bien como expresarlos asertivamente.

Al final de Watchmen, el mundo parece estar idiotizado ("Todo el mundo está cantando sobre paz y amor como en una comuna hippie"). Parecería dificíl imaginar que nuestro mundo lograra tanto orden y obediencia, inclusive contra las represalias de un dios. Quien sabe. Talvez algun día lo averiguemos. Pero el impacto que tal suceso tendría en la sociedad sería, no, debería, ser innegable.

En su propia forma magistral, Veidt buscó su justicia cósmica, arreglando el universo a su parecer. Mató a mucha gente y le dió a la humanidad un sentido de tranquilidad falaz, viviendo bajo la sombra de un dios imponente y castigador. ¿Suena familiar? Puede que nuestro personaje titular haya tomado inspiración de ciertas fuentes. Megalómano angelical, trató de cambiar el mundo, y en ese sentido, su obra debería ser aplaudida. Pero no puede realmente cambiar al Hombre, ya que Veidt, al fin de cuentas, es sólo un hombre. Trató de separarse de El para darle un nuevo sentido a Su existencia. Sin embargo, como la regla de la banda de hule, el Hombre es un ser regresible. Las buenas intenciones de Veidt terminaran enterradas bajo un manto de culpabilidad e impotencia. Pero buenas intenciones...Lo fueron (Aunque siempre recordemos el dicho: El camino al infierno está lleno de buenas intenciones). Es una lastima que su plan tenga consecuencias tan terribles y deshonestas, tornando sus esfuerzos en una pesadilla moral.

"No soy un villano de tiras cómicas" proclama Veidt, segundos antes de completar el estallido de New York. Talvez tengas razón, Adrian. Así como Apollo y tú lograron saltar de las páginas de los cómics al siempre cresciente mundo del cine, talvez, tambien, puedas salir de este y a otro más interesante.

Harry asume la presidencia sobre Franklin Roosevelt, y es informado del Proyecto Manhattan. La Nación está a punto de probar armas nucleares para fines políticos, en la víspera de la Segunda Guerra Mundial. Haciendo caso omiso de la Declaración de Potsdam, en la cual se le da un ultimátum al Enemigo para rendirse o "ser completamente destruidos", La Nación esta a punto de hacerle sufrir consecuencias irremediables. El 6 de agosto de 1945, y por orden ejecutiva de Harry, el Enola Gay arroja una bomba atómica sobre Hiroshima. 3 días después, una segunda bomba es arrojada sobre Nagasaki. El número de muertos en ambas ciudades se calculó en los 220,000, la mayoría de ellos civiles. El Enemigo se rindió ante las Fuerzas Aliadas unos 6 días despues de los ataques. La Guerra ha terminado. La Nación y sus Alíados han logrado, por coerción, imponer su voluntad mundial. Y mucha gente murió. Pero como Veidt diria - "¿Quien puede juzgar tales cosas?"

Veidt no es un villano de tiras cómicas....Talvez es un villano de la vida real - si tal cosa existe - aunque con menos ponderación moral sobre sus actos: Nace el 8 de Mayo de 1884 y fallece el 26 de Diciembre de 1972. Su nombre era Harry S. Truman, el trigésimo tercer presidente de Los Estados Unidos de America.